Dispraxia y escuela

Julio/3/2024

Dra. Lyliana Rivera

Trabajar la dispraxia en la escuela requiere de estrategias específicas para ayudar a los estudiantes a superar los desafíos que esta condición presenta. Aquí tienes algunas recomendaciones:

Adaptaciones en el salón:

    • Proporcionar herramientas ergonómicas como lápices gruesos o con agarres especiales.
    • Permitir el uso de dispositivos electrónicos para tomar notas o completar tareas.
    • Disponer de sillas y mesas ajustables para mejorar la postura.

    Instrucción diferenciada:

      • Ofrecer instrucciones claras y sencillas, descomponiendo las tareas en pasos más pequeños.
      • Utilizar ayudas visuales y demostraciones prácticas.
      • Reforzar las instrucciones verbalmente y por escrito.

      Apoyo especializado:

        • Colaborar con terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas que puedan diseñar programas específicos para el estudiante.
        • Proveer tiempo adicional para completar tareas y exámenes.

        Desarrollo de habilidades motoras:

          • Incorporar actividades que mejoren la coordinación motora fina y gruesa, como juegos de construcción, recorte con tijeras, y actividades físicas.
          • Practicar actividades de la vida diaria, como abotonarse la ropa o atarse los zapatos, en un entorno controlado.

          Fomentar la autoestima:

            • Reforzar positivamente los logros y esfuerzos del estudiante.
            • Evitar la sobrecarga de tareas y permitir descansos regulares.
            • Crear un ambiente inclusivo y comprensivo entre los compañeros de clase.

            Tecnología asistiva:

              • Utilizar aplicaciones y software específicos que ayuden en la escritura y organización de tareas.
              • Proveer herramientas como teclados alternativos o programas de reconocimiento de voz.

              Comunicación con los padres:

                • Mantener una comunicación constante con los padres para informarles del progreso y las necesidades del estudiante.
                • Involucrar a los padres en el proceso educativo y terapéutico.

                Implementar estas estrategias puede ayudar a los estudiantes con dispraxia a mejorar su desempeño académico y a participar de manera más efectiva en la vida escolar.

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