LEAN EDUCATION PR

12/octubre/2024

Dra. Lyliana Rivera

El juego es una herramienta clave para el desarrollo de la concentración en los niños, y esta afirmación tiene un fuerte respaldo científico. Diversas investigaciones en psicología del desarrollo y neurociencia infantil han demostrado que el juego estimula funciones cognitivas esenciales, entre ellas la capacidad de atención y concentración. Esto ocurre a través de varios mecanismos:

1. Juego estructurado y no estructurado: Ambos tipos de juego, tanto los que tienen reglas definidas (como los juegos de mesa o los deportes) como los que son más libres (juego simbólico o de roles), requieren que los niños enfoquen su atención en la tarea a realizar. En los juegos estructurados, seguir reglas y planificar estrategias refuerza la habilidad de mantenerse concentrados en objetivos específicos. Por otro lado, el juego no estructurado fomenta la creatividad y la resolución de problemas, manteniendo la mente enfocada en la actividad.

2. Desarrollo de funciones ejecutivas: Las funciones ejecutivas son habilidades cognitivas que permiten la planificación, la toma de decisiones y la regulación del comportamiento. Estudios muestran que el juego, particularmente el simbólico o de “hacer como si”, mejora estas funciones, y con ello, la capacidad para enfocar la atención durante periodos prolongados.

3. Neuroplasticidad y estimulación del cerebro: El juego involucra diversas áreas cerebrales. Por ejemplo, los juegos que requieren control motor fino o coordinación visual-motora, como armar bloques o puzzles, activan y fortalecen conexiones neuronales que también están relacionadas con la concentración y la atención sostenida.

4. Motivación intrínseca: Según estudios en psicología motivacional, los niños que están inmersos en actividades lúdicas que disfrutan experimentan un aumento en la “motivación intrínseca”, lo que los lleva a enfocarse más en la tarea. La concentración mejora cuando los niños están motivados por el interés y la diversión, en lugar de la obligación.

En resumen, el juego promueve la concentración en los niños al fortalecer las funciones ejecutivas, estimular el cerebro a nivel neural, y mantenerlos motivados y comprometidos con la tarea. Este desarrollo cognitivo, a su vez, tiene un impacto positivo en otras áreas de su vida, como el rendimiento académico y la capacidad para resolver problemas.

Puedes obtener más información en nuestro libro: “ El Juego y sus Beneficios en el Desarrollo del Niño”, consíguelo aquí:

https://www.amazon.sg/Juego-Beneficios-Desarrollo-Niño-Spanish/dp/B0D6VC2B6T