15/octubre/2024
Dra. Lyliana Rivera

Jugar en familia tiene numerosos beneficios respaldados por la ciencia, la neurociencia y la investigación, que abarcan desde el desarrollo emocional hasta el cognitivo. Aquí algunos de los beneficios principales:
1. Fortalecimiento de los lazos familiares:
El juego familiar aumenta la producción de oxitocina, conocida como la “hormona del amor”, que refuerza el vínculo entre padres e hijos, promoviendo un sentido de seguridad y apego. Según la investigación compartir actividades lúdicas mejora la comunicación y la confianza, fomentando la empatía y el apoyo mutuo.
2. Desarrollo cognitivo:
Jugar juegos que involucran resolución de problemas, memoria o creatividad ayuda a desarrollar habilidades cognitivas tanto en niños como en adultos. Los juegos estratégicos, de memoria o de mesa pueden estimular el pensamiento crítico, la planificación y la toma de decisiones. Los niños que participan en juegos familiares tienen una mayor capacidad para manejar situaciones nuevas y resolver problemas de manera flexible.
3. Mejora en la regulación emocional:
Durante el juego, el cerebro regula mejor las emociones, lo que se traduce en una mayor autorregulación emocional. Las experiencias lúdicas ayudan a los niños a practicar la paciencia, la gestión de la frustración y la tolerancia a la incertidumbre. Los juegos en familia, como los cooperativos, enseñan a manejar emociones complejas, a esperar turnos y a lidiar con la derrota de manera saludable.
4. Reducción del estrés y la ansiedad:
El juego, al liberar endorfinas, reduce el estrés y la ansiedad tanto en adultos como en niños. Además, la risa y el placer compartido durante el juego desencadenan respuestas de relajación. Las familias que juegan juntas reportan menores niveles de ansiedad, ya que las actividades lúdicas promueven un ambiente de relajación y diversión.
5. Estimulación del desarrollo social:
El juego grupal activa áreas del cerebro relacionadas con la interacción social, como la corteza prefrontal, que es crucial para habilidades como la cooperación, la empatía y la negociación. Participar en juegos de equipo o actividades cooperativas mejora las habilidades de comunicación, resolución de conflictos y trabajo en equipo.
6. Mejora de la creatividad y la imaginación:
Durante el juego, especialmente en juegos de rol o creativos, se estimula el lóbulo frontal, responsable de la imaginación, la planificación y la creatividad. Las familias que juegan de manera creativa fomentan el pensamiento divergente y la capacidad de generar nuevas ideas, habilidades clave en el desarrollo infantil.
7. Fomento de hábitos saludables:
Los juegos activos, como los deportes o los juegos al aire libre, no solo mejoran la condición física sino que también aumentan la coordinación y el equilibrio, mientras refuerzan lazos familiares. Las familias que participan en juegos activos suelen adoptar hábitos más saludables a largo plazo, manteniendo una mejor salud física y emocional.
En resumen, jugar en familia no solo fortalece las relaciones familiares, sino que también promueve el desarrollo cognitivo, emocional y social tanto de los niños como de los adultos, mientras se reducen los niveles de estrés y se fomenta una vida más equilibrada y saludable.
¡ A JUGAR!
Te invitamos a Jugar en Familia:



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