28/octubre/2024

Dra. Lyliana Rivera
Jugar en las chorreras (o resbaladillas) tiene varios beneficios importantes para el desarrollo de los niños en edad preescolar, tanto a nivel físico como emocional y social:
1. Desarrollo físico: Subir y deslizarse fortalece los músculos, mejora la coordinación y aumenta la capacidad motora gruesa, esenciales para el equilibrio y control del cuerpo.
2. Estimulación sensorial: La sensación de velocidad y movimiento en una chorrera estimula el sistema vestibular (equilibrio y orientación espacial) y el sistema propioceptivo (conciencia del cuerpo en el espacio), contribuyendo a un mayor control corporal.
3. Confianza y superación del miedo: Lanzarse desde cierta altura puede parecer desafiante al principio, pero al hacerlo repetidamente, el niño gana confianza y aprende a superar miedos.
4. Desarrollo social: Jugar en las chorreras fomenta la interacción con otros niños, ya que aprenden a turnarse, esperar pacientemente y comunicarse, lo cual es fundamental para el desarrollo de habilidades sociales.
5. Estimulación emocional: La emoción y alegría que sienten al deslizarse ayuda a liberar endorfinas, promoviendo el bienestar y la felicidad. También les permite expresar y regular emociones de forma saludable.
6. Creatividad y juego simbólico: A veces, las chorreras se convierten en escenarios de juego imaginativo, donde los niños crean historias y roles (como ser bomberos, piratas, etc.), lo que potencia su imaginación y creatividad.
En conjunto, estos beneficios hacen que las chorreras sean una actividad muy completa para el desarrollo integral del niño en edad preescolar.
¡ A JUGAR !


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