12/enero/2025
Dra. Lyliana Rivera

La terapia de juego es una herramienta muy útil para trabajar con niños diagnosticados con disgrafía, ya que aborda sus dificultades relacionadas con la escritura a través de actividades lúdicas, creativas y multisensoriales. Este enfoque reduce la presión asociada con el aprendizaje y fomenta el desarrollo de habilidades motoras, cognitivas y emocionales. A continuación, se detallan los beneficios más importantes:
1. Mejora de las habilidades motoras finas
La disgrafía está asociada con dificultades en el control motor fino, necesario para escribir con claridad. La terapia de juego incluye actividades diseñadas para fortalecer la coordinación ojo-mano y los músculos de las manos y los dedos. Ejemplos de actividades incluyen:
• Jugar con plastilina o arcilla para desarrollar la fuerza y destreza en las manos.
• Juegos que implican ensartar cuentas, usar pinzas o manipular objetos pequeños.
• Dibujar en arena o usar pizarras magnéticas.
2. Fomento del interés por la escritura
Muchos niños con disgrafía desarrollan una aversión a escribir debido a la frustración. La terapia de juego utiliza herramientas como juegos de letras, dibujos o actividades de creación de historias para hacer que la escritura sea divertida y menos intimidante. Por ejemplo:
• Juegos de palabras o cuentos colaborativos en los que los niños contribuyen escribiendo o dibujando.
• Actividades artísticas, como decorar letras o formar palabras con materiales manipulativos.
3. Reducción de la frustración y aumento de la autoestima
A través del juego, los niños experimentan el aprendizaje como algo positivo y libre de críticas. Esto ayuda a reducir la ansiedad y la frustración asociadas con sus dificultades de escritura, reforzando su autoestima. Ganar en un juego relacionado con habilidades motoras o escritura, por ejemplo, les permite sentirse exitosos.
4. Desarrollo de habilidades cognitivas relacionadas con la escritura
La terapia de juego puede incluir actividades que mejoran funciones cognitivas necesarias para escribir, como:
• Juegos que trabajan la memoria secuencial, importante para recordar cómo se forman las letras.
• Actividades que fomentan la planificación y organización, como juegos de construcción o rompecabezas.
• Juegos de patrones y secuencias que ayudan a reconocer formas de letras y su estructura.
5. Estimulación sensorial y multisensorial
Los niños con disgrafía pueden beneficiarse de experiencias multisensoriales para aprender a formar letras y mejorar su control de escritura. Algunas actividades incluyen:
• Escribir letras en arena, espuma o gel.
• Usar pizarras o marcadores gruesos para facilitar el agarre y mejorar la motricidad.
• Pintar letras o trazarlas con los dedos en superficies texturizadas.
6. Mejora de la postura y el agarre
Se pueden incluir actividades para mejorar la postura y el agarre del lápiz. Ejercicios como jugar con pinzas o apretar pelotas de goma ayudan a desarrollar una postura adecuada y un agarre funcional para escribir.
7. Desarrollo de habilidades sociales
Muchos juegos terapéuticos son colaborativos, lo que permite a los niños practicar la escritura o el dibujo mientras interactúan con otros. Esto no solo mejora sus habilidades de escritura, sino también su capacidad de comunicarse y colaborar.
Ejemplos de actividades útiles
• Juegos de mesa adaptados: Juegos como Scrabble, que fomentan la escritura y el reconocimiento de palabras.
• Dibujos creativos: Usar marcadores, tizas o acuarelas para trabajar el trazo y la coordinación.
• Caza del tesoro: Donde los niños escriben pistas o las descifran para encontrar un premio.
• Laberintos y plantillas: Actividades que mejoran el control del trazo mientras los niños guían lápices a través de caminos prediseñados.
En resumen, la terapia de juego para niños con disgrafía combina actividades terapéuticas y lúdicas para fortalecer sus habilidades motoras, emocionales y cognitivas, ayudándoles a superar sus desafíos de escritura de manera más amena y efectiva.
¡ A Jugar !


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