18/diciembre/2025

Dra. Lyliana Rivera

Las celebraciones navideñas implican cambios significativos en la rutina, aumento de estímulos y altas expectativas sociales. En los jóvenes  con TEA esto puede generar:

• Sobrecarga sensorial: luces, música alta, olores fuertes, multitudes.

• Ansiedad social: conversaciones largas, contacto físico (abrazos), presión por “actuar como la norma”.

• Dificultad con lo inesperado: cambios de planes, visitas no anticipadas.

• Fatiga emocional: necesidad constante de autorregulación para adaptarse.

Es importante entender que en muchos de los casos no es falta de interés o gratitud; es una respuesta neurológica real.

Conocer algunas estrategias clave de apoyo (antes, durante y después) es importante para la intervención. 

Por ejemplo, antes de las fiestas: preparación y anticipación

La anticipación reduce significativamente la ansiedad.

• Explicar qué va a pasar (día, lugar, duración, quiénes estarán).

• Usar agendas visuales o listas escritas.

• Practicar posibles escenarios sociales (“si te preguntan X, puedes responder Y”).

• Acordar señales o palabras clave para pedir un descanso.

Durante las celebraciones: respeto y flexibilidad

El objetivo no es que “aguante”, sino que participe a su manera.

•Permitir el uso de audífonos, gafas oscuras o espacios tranquilos.

•Identificar un lugar seguro para retirarse si se siente abrumada.

•Respetar si no desea abrazos o interacción constante.

•Establecer un tiempo límite de permanencia.

•Designar a una persona de apoyo que comprenda sus necesidades.

Luego del “party” debemos también intervenir: regulación y validación emocional

La sobrecarga puede aparecer luego del evento.

•Permitir tiempo de descanso sin demandas.

•Conversar (si lo desea) sobre qué fue difícil y qué funcionó.

•Reforzar el esfuerzo realizado, no la “conducta social”.

•Validar emociones

¿ Qué buscamos ? Fomentar autonomía sin descuidar el bienestar

En la adultez, es clave empoderar sin presionar:

• Permitir que decida a qué actividades asistir.

• Enseñar estrategias de autorregulación (respiración, pausas, autoafirmaciones).

• Respetar un “no” sin culpa.

• Modelar que el autocuidado es una fortaleza, no una debilidad.

Es importante recordar que las reuniones familiares y celebraciones, sabiendo que el boricua celebra todo debe ser una experiencia linda, amorosa y divertida. 

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