06/noviembre/2024
Dra. Lyliana Rivera Tirado

La terapia de juego es una intervención terapéutica ampliamente utilizada para ayudar a mejorar el estado emocional de pacientes con cáncer, especialmente en niños, aunque también puede aplicarse a adultos. Esta forma de terapia utiliza el juego como medio para expresar emociones, reducir el estrés, y facilitar la comunicación. La investigación y la ciencia respaldan su efectividad en varias áreas:
1. Expresión de Emociones: Para muchos pacientes, especialmente niños, el juego es una forma natural de expresar lo que sienten. Dado que el cáncer y su tratamiento conllevan una carga emocional intensa, como miedo, tristeza y frustración, el juego proporciona un espacio seguro para explorar y liberar estas emociones. La terapia de juego permite que el paciente proyecte sus sentimientos y temores de una manera no verbal, lo cual es útil en aquellos que no tienen las habilidades verbales o la disposición para hablar de sus emociones abiertamente.
2. Reducción del Estrés y la Ansiedad: Los estudios muestran que la terapia de juego ayuda a disminuir el estrés y la ansiedad en pacientes oncológicos. El juego puede actuar como un escape temporal de la realidad del tratamiento, permitiendo que el paciente se relaje y se sienta en control, lo cual es fundamental para mejorar su bienestar emocional. Esta reducción del estrés también se asocia con la mejora en el sistema inmunológico, lo que puede influir indirectamente en su salud física.
3. Mejora de la Resiliencia y el Afrontamiento: La terapia de juego también fomenta habilidades de afrontamiento y aumenta la resiliencia en pacientes con cáncer. Al representar situaciones a través del juego, los pacientes pueden aprender a lidiar con los desafíos emocionales y físicos de la enfermedad. Esto es especialmente útil en los niños, que a menudo enfrentan dificultades para comprender su enfermedad y los procedimientos médicos.
4. Fomento de la Comunicación: El juego facilita la comunicación entre el paciente y los terapeutas, así como con los padres y otros familiares. Durante el juego, los terapeutas pueden observar patrones de conducta, identificar miedos específicos y comprender mejor las preocupaciones del paciente, lo que ayuda a adaptar el tratamiento de acuerdo con las necesidades emocionales particulares de cada persona.
5. Aumento de la Calidad de Vida: La investigación sugiere que, al mejorar el estado emocional de los pacientes, la terapia de juego también contribuye a mejorar su calidad de vida. Los pacientes experimentan un alivio de los síntomas emocionales y psicológicos, lo cual, a su vez, impacta positivamente en su disposición para recibir tratamiento médico, su actitud general y su recuperación.
6. Intervención No Invasiva y Sin Efectos Secundarios: A diferencia de otras intervenciones psicológicas o farmacológicas, la terapia de juego es no invasiva y carece de efectos secundarios. Esto la convierte en una opción segura y accesible para muchos pacientes con cáncer, especialmente para aquellos que ya están pasando por tratamientos médicos intensivos.
Evidencia científica
La efectividad de la terapia de juego ha sido respaldada por múltiples estudios en psicooncología. Por ejemplo, una revisión de estudios sobre la intervención encontró que los pacientes infantiles mostraban una disminución significativa en niveles de ansiedad y depresión tras participar en sesiones de terapia de juego. También se han realizado estudios en adolescentes y adultos que confirman que el uso de técnicas lúdicas y artísticas mejora la aceptación de la enfermedad y reduce el impacto psicológico negativo del tratamiento oncológico.
En conclusión, la terapia de juego es una herramienta valiosa en el abordaje integral del cáncer, ya que contribuye de manera significativa al bienestar emocional y psicológico de los pacientes, facilitando su adaptación y fortaleciendo su capacidad de enfrentar la enfermedad.
¡ A JUGAR!


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